Los cambios del cerebro femenino en la edad madura nos preparan para vivir con más sabiduría que nunca. En este ajuste nautral es posible que aparezcan síntomas como el insomnio, la depresión o fallos de memoria. En nuestra cultura “el control” de todo dirige nuestra vida hasta el punto de pasar por crisis dolorosas para renunciar a esa lucha por el control.

MEJORAR EL SUEÑO

Las mujeres en la edad madura experimentan cambios en las pautas del sueño: algunas necesitan dormir más y otras sufren insomnio. La falta de sueño eleva los niveles de cortisol y catecolaminas (hormonas de estrés) y con el tiempo pueden producir desequilibrio hormonal y deprimir el sistema inmunitario.

El sueño restaura las energías física y mental. La falta de sueño conduce a menor concentración,menor motivación laboral y más errores de juicio.

A veces el insomnio y el cansancio son consecuencia de emociones como la rabia, tristeza o ansiedad no resueltas.

Consejos para dormir mejor

Lo que da buen resultado a una persona, no sirve para otra, por lo tanto has de experimentar e ir encontrando tu camino.

Enfriar los sofocos: las variaciones del equilibrio de estrógeno/progesterona son la causa de cambios en los neurotransmisores del cerebro. El estrógeno es un irritante cerebral similar a la adrenalina. La progesterona tiene un efecto sedante en el cerebro y por eso puede recetarse en crema. A veces se necesita terapia hormonal sustitutiva con hormonas bioidénticas o hierbas medicinales para equilibrar niveles hormonales.

Comer para dormir mejor: no irse a la cama con el estómago lleno y esperar de 2-3 h después de la cena es un buen hábito.

Si cenas muy temprano, un tentempié rico en proteínas como una fruta,queso, tofu, carne magra, arroz integral o requesón puede ser bueno.

Evitar la cafeína y alcohol: La cafeína irrita la vejiga y te levantarás a orinar. Y el alcohol es sedante de inicio pero te despertarás a media noche porque el cuerpo necesita más sedante para irse a dormir.

Hacer ejercicio con regularidad.

Dormir a oscuras.

Idear una rutina para irse a dormir y cumplirla hasta el fin de semana: se llama “buena higiene para dormir”. Acuéstate siempre a la misma hora.

Elegir bien lo que se introduce en tu mente: No leas ni escuches nada que te produzca inquietud porque te activará el sistema nervioso simpático desconectando de las funciones reparadora y rejuvenecedora del sistema nervioso parasimpático.

Evitar conversaciones emocionalmente estresantes o las llamadas telefónicas antes de irte a la cama.

Quitarse de la cabeza la rueda del hámster: fuera preocupaciones, lo que no has dicho, lo que no has hecho o lo que tienes que hacer al día siguiente.

Los somníferos tipo benzodiacepinas como el Valium o el Orfiodal crean hábito y pierden su eficacia con el tiempo.

Auxiliares naturales del sueño son la progesterona natural en crema, la valeriana y la melatonina como inductor del sueño.

DEPRESIÓN, OPORTUNIDAD DE CRECIMIENTO

El 25% de las mujeres tienen como mínimo una depresión importante en su vida. La depresión va desde estados de tristeza a la aflicción. La persona se siente abatida, cambia su comportamiento y apariencia, su manera de hablar, su percepción y su forma de pensar. La persona deprimida puede tener un aspecto triste o la cara sin expresión y a veces, son evidentes la mala postura y el descuido en el arreglo personal. La persona deprimida no disfruta de su dia a día y comienza a quejarse de achaques y dolores físicos que nunca antes le habían molestado.

El 90% de personas que sufren dolor crónico se han detectado factores de estrés emocional como la depresión que contribuyen a esa percepción del dolor.

La depresión se acompaña de alteraciones del sueño: incapacidad para levantarse de la cama, insomnio o despertar demasiado temprano. También se asocian trastornos del apetito con aumento o disminución de peso.

La depresión afecta al pensamiento, y la persona podría tener dificultades para concentrarse y recordar las cosas.

Los pensamientos dan vueltas y más vueltas en la cabeza girando en círculos, pensamientos de culpa, desesperanza impotencia e indignidad. Cuando la depresión se intensifica pueden aparecer pensamientos de muerte y suicidio.

Si te reconoces en esta descripción es obligatorio consultar con un psiquiatra para evaluar el trastorno depresivo y poner la solución correcta.

Pérdida de memoria en la menopausia: ¿es el Alzheimer?

Durante la perimenopausia muchas mujeres experimentan lo que llaman una “mente confusa”. Es una situación normal porque cambian las hormonas y se remodela el cerebro.

Los problemas de memoria también se asocian a una sobrecarga temporal que entrañan muchas exigencias externas en nuestro tiempo limitado.

La pérdida de neuronas con la edad es similar a la poda de ramas no esenciales.El número de neuronas disminuye pero aumenta el número de interconexiones neuronales. Cuanta más edad y experiencia se tienen , más eficiente y complejo es el cerebro.

La demencia de todo tipo y también el Alzheimer está relacionada con el deterioro del tejido cerebral debido al daño que producen los radicales libres.

Hay estudios que indican que mujeres cultas con buena salud y seguridad económica, con una inteligencia y posición superior al promedio y se dedican activamente a sus intereses a medida que envejecen tienen muchas posibilidades de conservar la memoria e incluso mejorarla.

Alrededor de un 5% de las mujeres sufren algún tipo de demencia senil a los 60 años, 12% pasados los 65 años y entre el 28-50% después de los 85 años. La función cerebral es multifactorial y afectan muchos aspectos de nuestra vida, desde la alimentación, al nivel de educación que recibimos y el tipo de comportamiento que comienza en la infancia y continúa en la vejez. Podemos influir en la salud de nuestro cerebro eligiendo un estilo de vida saludable.

Personas optimistas, animadas y ocupadas en actividades, las limitaciones anatómicas no llevan necesariamente a una discapacidad. Lo que si es cierto es que la enfermedad de los pequeños vasos sanguíneos en forma de accidentes cerebrovasculares es un potente pronosticador de la demencia senil.

También se correlacionan la depresión crónica y la enfermedad de Alzheimer.

El estrógeno estimula la producción de acetilcolina que regula la memoria, el aprendizaje y otras funciones cognitivas. El estradiol se liga a la corteza cerebral, al hipocampo y el prosencéfalo basal.

Las mujeres con mayor cantidad de estradiol endógeno corren menos riesgo de contraer la enfermedad de Alzheimer. El estrógeno tiene efecto antidepresivo y la progesterona reduce la ansiedad y favorece el sueño reparador. Una pequeña dosis de estrógeno bioidéntico sí favorece la función cerebral en algunas mujeres.

Métodos no hormonales para proteger el cerebro

-Dieta rica en frutas, verduras, cereales integrales y pobre en grasas. Pacientes con demencia senil tienen bajos los niveles de zinc, vitaminas del grupo B, selenio y antioxidantes como vitamina E y C.

El zinc es necesario para el transporte óptimo de vitaminas del grupo B al líquido cefalorraquideo.

Añade estos suplementos a tu dieta y mejorará tu memoria.

-Reducir la presencia de radicales libres al tejido cerebral. Tómate en serio lo de los antioxidantes.

-Evitar el tabaco y el consumo excesivo de alcohol.

-Hacer ejercicio de forma regular está demostrado que reduce el riesgo de demencia. Las personas que hacen ejercicio al menos dos veces por semana reducen el riesgo de demencia en un 50%.

-Alimentos como el Ginkgo biloba, que aumenta la irrigación al cerebro y su uso está extendido para tratar las obstrucciones arterioescleróticas de los capilares sanguíneos del cerebro. Grasas omega 3 son esenciales para la mielina y el buen funcionamiento cerebral y nervioso. Recomiendo consumir pescados grasos como el salmón o las sardinas, semillas de lino molidas o aceite de pescado en suplenteo. El ácido DHA se extrae de algas y en una dosis de 400 mg es una buena opción como suplemento. La soja o isoflavonas de soja actúa como antioxidante cerebral y mejora la memoria.